Por EUROPA PRESS
El grupo de comida rápida Restaurant Brands International, dueño de las cadenas Burger King, Tim Hortons y Popeyes Louisiana Kitchen, obtuvo unas ganancias netas de US$201 millones en el tercer trimestre de 2019, lo que equivale a un incremento del 50% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
La facturación de la firma entre julio y septiembre se situó en US$1.458 millones, un 6% más. De esa cifra, US$624 millones se correspondieron con los ingresos procedentes de los locales en propiedad, un 2,5% más, mientras que US$834 millones se correspondieron con la facturación de los restaurantes en régimen de franquicia, un 8,9% más.
Por segmentos de negocio, la facturación de Tim Hortons en el tercer trimestre creció un 3,1%, hasta US$881 millones, mientras que la cifra de negocio de Burger King se elevó un 9,9%, hasta US$457 millones. Los ingresos procedentes de Popeyes alcanzaron los US$120 millones, un 14,7% más.
Con respecto a los gastos, los costes asociados a las ventas se mantuvieron estables en US$475 millones, mientras que los gastos de venta, generales y administrativos avanzaron un 7,4%, hasta US$320 millones.
La partida destinada a los costes de las franquicias se elevó hasta US$133 millones, un 24,3% más.
De esta forma, en el conjunto de los nueve primeros meses del año, la firma de comida rápida contabilizó un beneficio neto atribuido de US$478 millones, un 6,5% más, tras un aumento del 3,8% de la cifra de negocio, hasta US$4.124 millones.
El grupo de comida rápida Restaurant Brands International, dueño de las cadenas Burger King, Tim Hortons y Popeyes Louisiana Kitchen, obtuvo unas ganancias netas de US$201 millones en el tercer trimestre de 2019, lo que equivale a un incremento del 50% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
La facturación de la firma entre julio y septiembre se situó en US$1.458 millones, un 6% más. De esa cifra, US$624 millones se correspondieron con los ingresos procedentes de los locales en propiedad, un 2,5% más, mientras que US$834 millones se correspondieron con la facturación de los restaurantes en régimen de franquicia, un 8,9% más.
Por segmentos de negocio, la facturación de Tim Hortons en el tercer trimestre creció un 3,1%, hasta US$881 millones, mientras que la cifra de negocio de Burger King se elevó un 9,9%, hasta US$457 millones. Los ingresos procedentes de Popeyes alcanzaron los US$120 millones, un 14,7% más.
Con respecto a los gastos, los costes asociados a las ventas se mantuvieron estables en US$475 millones, mientras que los gastos de venta, generales y administrativos avanzaron un 7,4%, hasta US$320 millones.
La partida destinada a los costes de las franquicias se elevó hasta US$133 millones, un 24,3% más.
De esta forma, en el conjunto de los nueve primeros meses del año, la firma de comida rápida contabilizó un beneficio neto atribuido de US$478 millones, un 6,5% más, tras un aumento del 3,8% de la cifra de negocio, hasta US$4.124 millones.