Empresas & Management

El petróleo arrastra las grandes productoras estadounidenses: pierden un 6.4% en bolsa en lo que va de año

Los inversionistas no confían en un repunte del crudo para el final de 2019. Para 2020, las previsiones tampoco son alentadoras. Las empresas de refinado, una buena opción para el inversionista

2019-10-25

Por Economiahoy.mx

Los inversionistas le han dado la espalda al petróleo tras un 2019 que ha vuelto a ser otra decepción para el sector del 'oro negro'. El barril de West Texas (WTI) comenzó el año con buen pie, disparándose un 40% en los primeros cuatro meses hasta tocar los 66.3 dólares por barril, pero no ha logrado aprovechar el impulso alcista. Tras bajar un 14% desde máximos, se encamina a cerrar el año rondando los 53 dólares el barril. Las expectativas para 2020 no son mejores: la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha recortado su previsión de demanda de crudo para 2020 en 100.000 barriles diarios por los temores a una desaceleración económica.

Ante este panorama el sector ha dejado de ser atractivo para los inversionistas. Las doce grandes productoras estadounidenses, agrupadas en el índice S&P500 Oil&Gas Exploration and Production, acumulan ya una caída en bolsa del 6.43% en 2019. Destacan Devon y Pioneer, que se desploman un 39% y un 26% respectivamente desde el mes de abril y EOG, que ha caído un 21% desde comienzos de año. La única nota positiva es Hess, que acumula una subida del 64% en lo que va de 2019.

La curva de futuros del crudo muestra que los precios para 2020 van a ser menores que los actuales, por lo que los productores de crudo 'se están viendo obligados a cubrir su producción a precios menores a los actuales', afirma Javier López Bernardo, analista de Bright Gate Capital. Además, a esto hay que añadir que el barril del WTI está cotizando con un descuento sobre el Brent que lleva meses rondando los US$6.

No solo las productoras están teniendo un mal año en los mercados, las firmas dependientes del sector petrolero se dejan un 9.06%. Este tipo de empresas se dedican a proveer equipos y componentes utilizados en operaciones de perforación y producción de petróleo y gas, por lo que suelen tener malos resultados cuando se espera que el precio del barril baje. Un ejemplo es Halliburton, cuyo beneficio se ha desplomado un 47% en lo que va de año y ya acumula un retroceso del 27% en los mercados.

El lado positivo lo conforman las empresas de refinado. Las principales firmas del sector que forman parte del SP500 suben un 19% en 2019, con Phillips 66 encabezando los avances del año apuntándose un 21%. 'El negocio de refino es bastante independiente de los precios del petróleo', explica Javier López Bernardo. Sin embargo, un petróleo bajo 'tiene un efecto ligeramente positivo sobre el negocio', ya que la demanda de los derivados del crudo aumenta y las refinerías 'pueden funcionar a una mayor capacidad', añade López Bernardo.

Sin optimismo para 2020

Las encuestas que realiza la Fed de Dallas, que analiza la situación del sector en Nuevo México, Texas, Dallas y Luisiana, muestran que más de dos tercios de ejecutivos del sector esperan que el barril acabe el año por debajo de los US$60. Además, según los cálculos de la AIE, la demanda mundial de petróleo registrará el menor crecimiento este año desde 2016. Para 2020 sí se espera un aumento de la demanda, pero el previsible aumento en la producción de Estados Unidos podría ocasionar otro superávit.

La OPEP ha logrado reducir la producción de crudo, pero no ha conseguido impulsar los precios. La caída de la producción en Venezuela y a las sanciones estadounidenses sobre el régimen iraní han quedado prácticamente compensadas con la caída generalizada de la demanda por la desaceleración global. El debilitamiento de la economía China ha terminado de dar la puntilla al barril del WTI, que no toca los 70 dólares por barril desde octubre de 2018.

¿Puede Warren dar la puntilla al sector?

A los problemas que ya golpean a las empresas petroleras se podría sumar un nuevo imprevisto: la prohibición del fracking. La posibilidad de que Elizabeth Warren se convierta en la próxima presidenta de Estados Unidos se ha convertido en una nueva preocupación para los inversionistas energéticos después de que la candidata demócrata dijera que estudia implantar una moratoria a los arrendamientos de perforación en alta mar y que 'prohibirá el fracking en todas partes' debido a su alto impacto ambiental. Por tanto, una victoria de Warren y el control del Congreso por parte de los demócratas representan un nuevo riesgo para las compañías de exploración de energía.

La prohibición solo afectaría a terrenos federales, que albergan aproximadamente el 10% de los pozos terrestres de Estados Unidos, pero su efecto sería devastador para la industria. Según RBC Capital Markets, una prohibición al fracking hidráulico en Estados Unidos elevaría los precios del crudo en un rango de entre 5 y 10 dólares por barril a partir de 2021, reduciendo el pronóstico de producción de Estados Unidos en 300,000 barriles diarios. Para 2025, la producción diaria de petróleo en Estados Unidos se habría reducido en 1.2 millones de barriles. Otra amenaza más para meter el miedo en el cuerpo del inversionista.

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