Por Siglo 21
Esta situación enfrenta al Gobierno, que propone imponer orden, mientras que la oposición ve como "única salida" posible la dimisión de la presidenta Dilma Rousseff.
El hecho de que Brasil haya perdido estos días el grado de inversión, nota que obtuvo desde 2008, vino a convertirse en un duro golpe para el gobierno, aunque era una medida que en cierta forma ya veían venir.
La misma S&P volvió a asestar otro golpe al rebajar la nota de la estatal Petrobras, sumida en un colosal escándalo de corrupción.
En la Bolsa de Sao Paulo, que desde hace semanas esperaba esa decisión, que puede ser seguida por otras agencias, el impacto había sido absorbido en las últimas sesiones.
Peor fue la repercusión en el mercado cambiario, en el que la moneda brasileña continuó su caída y perdió un 1,55% frente al dólar.
Las medidas que impulsan serán drásticas y probablemente impopulares.
DURAS MEDIDAS
El ministro de Hacienda, Joaquim Levy, lo deja entrever al instar a la sociedad y a las fuerzas políticas a "entender" la situación y "colaborar" para que pueda ser superada.
Levy no aclaró cuáles ni cuándo aumentarán los impuestos o si se crearán unos nuevos, pero afirmó que la sociedad "no puede tener esa miopía" y resistirse a una reforma tributaria que ayude a "poner en orden la casa".
El funcionario advirtió que "si se le debe pedir a las empresas y a la sociedad un esfuerzo adicional, la presidenta (Rousseff) lo hará", aún si ello llega a "reflejarse en su popularidad", que está en mínimos históricos, con una tasa de aprobación del orden del 7% u 8%.
Asimismo, indicó que aunque el proyecto de presupuesto para el 2016 admite que las cuentas públicas cerrarán con un déficit fiscal equivalente al 0,5% del PIB en el próximo ejercicio, el Gobierno mantiene su meta inicial de obtener un superávit fiscal del 0,7%.
"El Gobierno está empeñado en conseguir ese superávit del 0,7%, pero no llegará solo a esa meta", que será alcanzada si "la sociedad entiende que se debe poner la casa en orden" y "adoptar todas las medidas necesarias", aunque resulten impopulares.
Notas de riesgo
Rebajas a decenas de empresas
Un día después de rebajar la nota al país, la calificadora internacional de riesgo Standard Poor´s rebajó la nota a empresas importantes de la economía brasileña.
La mencionada en primera instancia fue la petrolera estatal Petrobras, que de BBB- fue degradada a nivel de BB, que situó los bonos de esta empresa, la mayor del país sudamericano, como un activo especulativo. La medida alcanzó a otras importantes firmas como Odebrecht, el conglomerado Votorantim y la petroquímica Braském.
Afectó a concesionarias, la hidroeléctrica de Itaipú y el puerto de Santos.
Esta situación enfrenta al Gobierno, que propone imponer orden, mientras que la oposición ve como "única salida" posible la dimisión de la presidenta Dilma Rousseff.
El hecho de que Brasil haya perdido estos días el grado de inversión, nota que obtuvo desde 2008, vino a convertirse en un duro golpe para el gobierno, aunque era una medida que en cierta forma ya veían venir.
La misma S&P volvió a asestar otro golpe al rebajar la nota de la estatal Petrobras, sumida en un colosal escándalo de corrupción.
En la Bolsa de Sao Paulo, que desde hace semanas esperaba esa decisión, que puede ser seguida por otras agencias, el impacto había sido absorbido en las últimas sesiones.
Peor fue la repercusión en el mercado cambiario, en el que la moneda brasileña continuó su caída y perdió un 1,55% frente al dólar.
Las medidas que impulsan serán drásticas y probablemente impopulares.
DURAS MEDIDAS
El ministro de Hacienda, Joaquim Levy, lo deja entrever al instar a la sociedad y a las fuerzas políticas a "entender" la situación y "colaborar" para que pueda ser superada.
Levy no aclaró cuáles ni cuándo aumentarán los impuestos o si se crearán unos nuevos, pero afirmó que la sociedad "no puede tener esa miopía" y resistirse a una reforma tributaria que ayude a "poner en orden la casa".
El funcionario advirtió que "si se le debe pedir a las empresas y a la sociedad un esfuerzo adicional, la presidenta (Rousseff) lo hará", aún si ello llega a "reflejarse en su popularidad", que está en mínimos históricos, con una tasa de aprobación del orden del 7% u 8%.
Asimismo, indicó que aunque el proyecto de presupuesto para el 2016 admite que las cuentas públicas cerrarán con un déficit fiscal equivalente al 0,5% del PIB en el próximo ejercicio, el Gobierno mantiene su meta inicial de obtener un superávit fiscal del 0,7%.
"El Gobierno está empeñado en conseguir ese superávit del 0,7%, pero no llegará solo a esa meta", que será alcanzada si "la sociedad entiende que se debe poner la casa en orden" y "adoptar todas las medidas necesarias", aunque resulten impopulares.
Notas de riesgo
Rebajas a decenas de empresas
Un día después de rebajar la nota al país, la calificadora internacional de riesgo Standard Poor´s rebajó la nota a empresas importantes de la economía brasileña.
La mencionada en primera instancia fue la petrolera estatal Petrobras, que de BBB- fue degradada a nivel de BB, que situó los bonos de esta empresa, la mayor del país sudamericano, como un activo especulativo. La medida alcanzó a otras importantes firmas como Odebrecht, el conglomerado Votorantim y la petroquímica Braském.
Afectó a concesionarias, la hidroeléctrica de Itaipú y el puerto de Santos.
