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Escocia, Cataluña, Flandes: inquieta a UE independentismo

La perspectiva de una independencia de Escocia preocupa a la Unión Europea, que teme que el efecto se extienda a otras regiones independentistas y a término modifique las fronteras y los equilibrios políticos de Europa.

2014-09-15

Por: AFP

Los independentistas de Calatuña o Flandes miran el referendo escocés de esta semana con esperanza mientras que en Bruselas lo observan con preocupación.

El resultado de la consulta podría modificar el peso mismo de Gran Bretaña dentro del bloque, ya que Londres perdería votos dentro del Consejo y bancas en el Parlamento, abriendo la puerta a un rompecabezas institucional.

Los responsables europeos aseguran que Escocia, así como cualquier otra región que declare su independencia, quedará de hecho fuera de la Unión y deberá iniciar entonces un proceso de adhesión.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, lo dejó claro en 2012: cualquier región que se independice de un Estado miembro dejará de ser parte de la UE y deberá pasar por todo el proceso de adhesión al bloque.

Y, desde entonces, el discurso no ha cambiado. En febrero, Barroso volvió a subrayar que sería 'extremadamente difícil' para Escocia ser miembro automáticamente de la UE.

En diciembre pasado, el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, lo repitió en Madrid, en relación a la consulta que impulsa para noviembre el Gobierno de Cataluña, referendo considerado como ilegal por el Ejecutivo central. 'La separación de una parte de un Estado miembro o de la creación de un nuevo Estado no será neutro con respecto a los tratados europeos. (...) Los tratados se aplican a los Estados miembros', sostuvo.

Y para que quedara claro, agregó: 'un nuevo Estado independiente sería (...) un tercer país con respecto a la Unión y sus tratados que, desde el día de su independencia, no se aplicarían más a su territorio'.

El precedente de Alemania del Este

'Es realmente una situación muy compleja para la UE si Escocia se independiza, realmente lo es', aseguró a la AFP Pablo Calderón Martínez, un español a cargo de estudios europeos en el King's College de Londres.

'Nadie quiere tener que solucionar este problema cuando hay crisis como la de Ucrania o la de Irak', observó Montserrat Guibernau, profesor de ciencias políticas de la Queen Mary University de Londres.

Los expertos señalan que Escocia, o cualquier otra región, debería pedir la adhesión a la UE, un proceso que, si se toma como parámetro las últimas adhesiones, en particular la de los países que antes formaban parte del bloque soviético, podría durar años.

Pero al tratarse de Escocia, una región que ya forma parte de un país miembro de la UE, con todo lo que ello conlleva en lo que respecta a normativas y reglamentación, nadie puede pronosticar un plazo.

Llegado el caso de que alguna región pida su adhesión, ésta deberá ser ratificada por todos los Estados miembros. Londres deberá dar su aval, así como Madrid.

'No puedo imaginar un escenario en el que Escocia sería el único país de Europa excluido' del bloque, señaló por su parte Nicola McEwen, del Centro de Cambios Constitucionales escocés.

Algunos expertos citan el ejemplo de Alemania del Este después de la reunificación, estimando que tras unas primeras discusiones difíciles, se podría considerar una adhesión en dos o tres años.

Para McEwen, es del interés de los responsables europeos analizar esta hipótesis. Una adhesión 'podría convertirse en un orgullo para la UE, ya que no siempre se resuelven los litigios territoriales de esta manera'.

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