Por: AFP
España forma parte de 'las buenas sorpresas' de la economía mundial, según los términos del Fondo Monetario Internacional.
Como prueba de ello el FMI revisó al alza la semana pasada sus estimaciones de crecimiento para 2014 y 2015.
Lo mismo para el Banco central español, que piensa que la cuarta economía de la zona euro se comportará algo mejor de lo que ha previsto para estos dos años.
La baja del número de desempleados en el segundo trimestre ha significado otra buena sorpresa en los últimos días: el índice descendió a 24,47%, pasando por debajo del 25% por primera vez desde el tercer trimestre de 2012.
Y desde hace varias semanas España puede de nuevo financiarse a bajo costo en los mercados, lo que demuestra que ha ganado de nuevo la confianza de los inversores.
El gobierno mejora sus propias previsiones
Esto condujo al gobierno conservador español a mejorar sus propias previsiones. Sólo serán reveladas oficialmente en septiembre, pero el ministro de Economía Luis de Guindos adelantó el martes las grandes líneas.
'Esperamos que efectivamente el crecimiento económico se vaya aproximando al 1,5% para este ejercicio y al 2% en el ejercicio próximo', declaró De Guindos ante la comisión económica del Congreso de los Diputados.
El gobierno había previsto hasta ahora una progresión del PIB de 1,2% este año y 1,8% el que viene.
Este optimismo debería confirmarse el miércoles cuando se publique el Producto Interno Bruto del segundo semestre.
Después de que el país saliera en el tercer trimestre de 2013 de su segunda recesión en cinco años, el Banco de España calcula que el PIB ha crecido un 0,5%, tras el 0,4% en el primer trimestre, remolcado por la demanda interna y las inversiones de las empresas, pero también por la buena situación de las exportaciones.
El ejecutivo modificará también, después de las vacaciones del verano, sus expectativas en términos de desempleo para tomar en cuenta la reciente mejoría en ese terreno.
En la actualidad prevé una tasa de 24,9% en 2014 y 23,3% en 2015.
En términos de déficit público, aspira a 5,5% este año y espera volver a situarse bajo la barra del 3% en 2016.
'Lo peor de la crisis ha quedado atrás', aseguró el martes el ministro de Economía.
Un horizonte que sigue siendo amenazante
Pero es aún demasiado temprano para cantar victoria, reconoce el propio gobierno.
Aun cuando la tasa de desempleo disminuye, sigue siendo una de las más elevadas del mundo industrializado. El ministerio de Empleo anunció el martes que tomará en octubre medidas destinadas a ayudar sobre todo a los desempleados de larga data, a los hogares en los que todos los miembros están sin empleo (1,8 millones en el país), y a los mayores de 45 años.
No es seguro, sin embargo, que el ejecutivo lance nuevas reformas estructurales de magnitud antes de las elecciones previstas para fines de 2015. Sobre todo que el nuevo jefe de la oposición, Pedro Sánchez, ha hecho de la lucha contra el desempleo y la pobreza su caballo de batalla.
Los sindicatos denuncian también el incremento del empleo precario y se niegan a considerarlo, contrariamente a Luis de Guindos, como una puerta de entrada al mundo del trabajo.
España forma parte de 'las buenas sorpresas' de la economía mundial, según los términos del Fondo Monetario Internacional.
Como prueba de ello el FMI revisó al alza la semana pasada sus estimaciones de crecimiento para 2014 y 2015.
Lo mismo para el Banco central español, que piensa que la cuarta economía de la zona euro se comportará algo mejor de lo que ha previsto para estos dos años.
La baja del número de desempleados en el segundo trimestre ha significado otra buena sorpresa en los últimos días: el índice descendió a 24,47%, pasando por debajo del 25% por primera vez desde el tercer trimestre de 2012.
Y desde hace varias semanas España puede de nuevo financiarse a bajo costo en los mercados, lo que demuestra que ha ganado de nuevo la confianza de los inversores.
El gobierno mejora sus propias previsiones
Esto condujo al gobierno conservador español a mejorar sus propias previsiones. Sólo serán reveladas oficialmente en septiembre, pero el ministro de Economía Luis de Guindos adelantó el martes las grandes líneas.
'Esperamos que efectivamente el crecimiento económico se vaya aproximando al 1,5% para este ejercicio y al 2% en el ejercicio próximo', declaró De Guindos ante la comisión económica del Congreso de los Diputados.
El gobierno había previsto hasta ahora una progresión del PIB de 1,2% este año y 1,8% el que viene.
Este optimismo debería confirmarse el miércoles cuando se publique el Producto Interno Bruto del segundo semestre.
Después de que el país saliera en el tercer trimestre de 2013 de su segunda recesión en cinco años, el Banco de España calcula que el PIB ha crecido un 0,5%, tras el 0,4% en el primer trimestre, remolcado por la demanda interna y las inversiones de las empresas, pero también por la buena situación de las exportaciones.
El ejecutivo modificará también, después de las vacaciones del verano, sus expectativas en términos de desempleo para tomar en cuenta la reciente mejoría en ese terreno.
En la actualidad prevé una tasa de 24,9% en 2014 y 23,3% en 2015.
En términos de déficit público, aspira a 5,5% este año y espera volver a situarse bajo la barra del 3% en 2016.
'Lo peor de la crisis ha quedado atrás', aseguró el martes el ministro de Economía.
Un horizonte que sigue siendo amenazante
Pero es aún demasiado temprano para cantar victoria, reconoce el propio gobierno.
Aun cuando la tasa de desempleo disminuye, sigue siendo una de las más elevadas del mundo industrializado. El ministerio de Empleo anunció el martes que tomará en octubre medidas destinadas a ayudar sobre todo a los desempleados de larga data, a los hogares en los que todos los miembros están sin empleo (1,8 millones en el país), y a los mayores de 45 años.
No es seguro, sin embargo, que el ejecutivo lance nuevas reformas estructurales de magnitud antes de las elecciones previstas para fines de 2015. Sobre todo que el nuevo jefe de la oposición, Pedro Sánchez, ha hecho de la lucha contra el desempleo y la pobreza su caballo de batalla.
Los sindicatos denuncian también el incremento del empleo precario y se niegan a considerarlo, contrariamente a Luis de Guindos, como una puerta de entrada al mundo del trabajo.
