Centroamérica & Mundo

La sequía castiga a grandes lagos de Nicaragua

Las aguas de los lagos Cocibolca y Xolotlán de Nicaragua, los más grandes de Centroamérica, han reducido su nivel, mientras que varias reservas han sido degradadas a causa de la sequía que afecta por tercer año al país y a la tala indiscriminada de árboles, informó el Centro Humboldt.


2016-04-25

Por: AFP

En un documento, elaborado con el apoyo de otros grupos ambientalistas, el centro señala que en el primer trimestre de este año el lago Cocibolca, de 8.264 km2, 'ha presentado una reducción de aproximadamente un 2% en su nivel, en comparación con su promedio histórico'.

Eso significa que el lago 'ha dejado de percibir un volumen de agua suficiente como para llenar más de dos millones de piscinas olímpicas', destaca el informe.

La superficie del Cocibolca, ubicado a 30 metros sobre el nivel del mar, habría descendido, según el informe, cerca de un metro por efecto de la evaporización.

En tanto, el lago Xolotlán, de 1.025 km2, 'ha sufrido una reducción de alrededor del 4% en su nivel, equivalente a un volumen de agua capaz de llenar más de medio millón de piscinas olímpicas', señala el documento.

La investigación identificó además 12 áreas protegidas que han sido seriamente afectadas por la tala de los bosques, el cambio climático y el uso de sus suelos para pastizales y agricultura.

Entre ellas está la Reserva de la Biosfera de la Unesco Bosawas, en el noroeste de Nicaragua que tiene una extensión de 19.926 km2.

'Enfrentamos una situación ambiental sumamente grave, debido a la destrucción de los ecosistemas, hemos desperdiciado las condiciones favorables que nos da la naturaleza' para vivir, advierte el informe.

De acuerdo con el Centro Humboldt, 'las diversas actividades económicas fomentadas por el actual modelo de desarrollo impulsado por el gobierno, han generado un acelerado incremento en los niveles de degradación y una disminución considerable en los volúmenes de agua de las fuentes'.

Según el geógrafo y ambientalista nicaragüense Jaime Incer, Nicaragua pierde alrededor de 75.000 hectáreas de bosques al año por falta de regulaciones efectivas.

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