"Nuestra posición es que sí creemos que Guatemala necesita un museo de clase mundial, que atraerá más turismo al país y a la capital, pero se necesita que su creación no se convierta en un problema para las familias que viven de las ventas en el Mercado de Artesanías y los artesanos que les proveen", aseguró el directo del Inguat, Jorge Mario Chajón.
En la actualidad hay 52 negocios en dicho mercado, que opera desde 1976. A mediados de febrero de este año, la Corte de Constitucionalidad (CC) declaró sin lugar una acción de inconstitucionalidad planteada por los comerciantes en contra del acuerdo que permite usar el terreno, a cargo del Inguat, para otros fines.
Esta institución analiza una contrapropuesta que, según Chajón, debe incluir un museo, un mercado de artesanías y una plaza de comidas con gastronomía nacional.
En el caso de los vendedores de artesanías, se establecerán condiciones para proteger a los que ya operan en el lugar: que se establezca un tope de precios por los locales, además de que no sean colocados en un área marginal, sino en una donde haya tránsito de personas.
Otro condicionamiento, explicó Chajón, sería que la primera parte que se construya sea el área del mercado, para que se les traslade a los vendedores y no pierdan días de trabajo. "Quisiera enviar un mensaje de tranquilidad a los que están arrendando locales en el Mercado de Artesanías y decirles que el Inguat, en representación del Estado, no va a hacer algo que pueda perjudicarlos", apuntó.
La postura del Inguat, según Chajón, es que, aunque el museo sea operado por alguna otra instancia, el encargado de las piezas sea el Museo de Arqueología y que las piezas de colecciones privadas que se vayan a exponer entrarían en forma de donación al museo.
