Por iniciativa propia, comunitarios de posadas rurales y oferentes de servicios turísticos, lanzarán en los próximos días la Red de Turismo Natural y Cultural de Guatemala, que de momento agrupa a cinco departamentos del occidente del país. Así se organizaron para promocionar destinos no tradicionales y extraordinarios.
Desde una comunidad de exilados en México que retornaron hasta una finca de ecuestre profesional en zonas montañosas subalpinas, son algunas de las ofertas de turismo rural principalmente en el fronterizo departamento Huehuetenango.
"La idea es que la misma gente del lugar se vea beneficiada. Todos aportamos cantidades de dinero según se va requiriendo", comenta Fernando Mejía, de la Posada Rural y Ecuestre Unicornio Azul.
Para orientar a los turistas, existen tres guías comunitarios: Jerónimo Pablo, Rigoberto Pablo Cruz y Jerónimo Bautista, ambos visten sus trajes indígenas de Todos Santos Cuchumatán, uno de los pocos municipios del país donde aún los hombres visten de forma autóctona.
"Ellos están aprendiendo, es gente que conoce bien el área", añade Mejía.
Específicamente en cuanto a las posadas rurales, se ofrecen variadas en Chimaltenango, Retalhuleu, Quetzaltenango, Huehuetenango y Alta Verapaz. Todas cuentan con diferentes servicios y algunas atienden en italiano, francés, inglés y español.
Originalmente la idea surgió en Huehuetenango, y entre los avances de infraestructura están la construcción de un pequeño café en el mirador Juan Diéguez Olaverri, desde se puede apreciar la cadena montañosa de la Sierra de Los Cuchumatanes, así como una venta de artesanías típicas en Todos Santos Cuchumatán.
También elaboraron un mapa turístico del lugar para ilustrar las variadas opciones de turismo de la región.
Experiencia histórica y gastronómica
Como en cada región de Guatemala, existe gran variedad gastronómica. La Posada Rural Finca Chaculá, por ejemplo, ofrece comida internacional, pero es posible observar en los campos de la comunidad a personas buscando "macash" con linterna en mano pues ahí no hay energía eléctrica.
El nombre científico es atta fervens y en otras regiones del país se les conoce como zompopo de mayo, pues es precisamente en esa época del año cuando es más fácil capturarlos. Le quitan las alas, las tuestan en un comal y ya preparados pueden guardarse hasta por un año, según Edgar Díaz, miembro de la cooperativa comunitaria.
Como quiera, también ofrecen jaleas orgánicas, y por supuesto, paseos a extraordinarios destinos turísticos como el cenote cimarrón, los cenotes de candelaria, la Laguna Yolnabaj, entre muchos otros.
"La Casona", como le conocen al albergue, fue erigida con la base de unas ruinas de origen maya que encontraron en el lugar y posee techo construido con tejamanil. En la finca están asentadas 250 familias que al surgir el conflicto armado interno buscaron refugio en México pero que retornaron en 1994 por acciones del Fondo Nacional para la Paz.
El referido lugar se localiza cerca de la frontera con México, Gracias a Dios, a unos 365 kilómetros de la capital guatemalteca.
