Por El Mundo (El Salvador)
En 2014, el pago de remuneraciones en el sector educación y salud superó hasta 59 veces la inversión en esos mismos rubros, revela un informe elaborado el año pasado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), a petición del Ministerio de Hacienda.
En el reporte " Gasto en salarios gubernamentales: Análisis y desafíos", el FMI explica que realizó el estudio para "ayudar a las autoridades a contener el gasto público en salarios". Fruto de ello propone una serie de medidas que, de aplicarse, generarían ahorros de dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB). Diario El Mundo publicó los resultados del estudio a finales de mayo, pero fue hasta la semana anterior que Hacienda reconoció su autenticidad, al publicar el informe en su sitio web.
El Fondo concluye que el gasto corriente, y en especial las remuneraciones, absorben buena parte de los recursos públicos en El Salvador, limitando la inversión. Añade que el gasto en salarios alcanzó en 2014 el 9.3 % del PIB, es decir, US$2.350 millones. La cifra contrasta con la inversión pública que según Hacienda se ejecutó ese año: US$626,3 millones. La diferencia entre salarios - sin tomar en cuenta los pagados en especie- e inversión es igual de notoria en los ramos de educación y salud, los casos particulares que analizó el organismo, pues junto al ramo de seguridad absorben una tercera parte del gasto en remuneraciones. "Este rubro (salarios) aumentó cerca de dos puntos porcentuales del PIB entre 2008 y 2014 (…) por una expansión pronunciada en el número de plazas en todos los sectores (199.700 empleados públicos hasta 2014), combinado con aumentos discrecionales importantes en educación y la operación del generoso escalafón del sector salud", indica el FMI.
EDUCACIóN Y SALUD
Los salarios del sector educación le costaron a los contribuyentes US$591 millones en 2014, 59 veces más que la inversión en este rubro, que fue de US$10 millones, según los datos oficiales que cita el FMI. Al consultar el Presupuesto General de la Nación de 2014 y los presupuestos especiales de ese año, resulta que los salarios de educación fueron más onerosos que los US$117,3 millones asignados a programas como el Bono de Gratuidad de la Educación Media (US$21,4 millones), los paquetes escolares (US$73,5 millones), y el Programa de Alimentación y Salud Escolar (US$22,4 millones).
Mientras tanto, en salud, el gasto en salarios fue tres veces mayor que la inversión, la compra de medicina, e insumos médicos. En 2014 se pagaron US$385 millones a los empleados de este sector, frente a los US$45 millones que utilizaron para comprar medicinas, los US$30 millones destinados a insumos médicos y los US$39 millones que sedestinaron a la inversión.
Las remuneraciones representaron en 2014 el 67,5% del gasto público en educación, 11 puntos porcentuales más que en 2008. Los sueldos del personal de salud absorbieron el 65,2% del gasto total en ese rubro. El Fondo indicó que el Ministerio de Salud ha crecido en un 72% entre los años 2008 y 2014, pero por un crecimiento del 80 % en los recursos para pagar salarios, "y ha desplazado a los otros gastos, en particular a la inversión, que ha caído 9 %".
RECOMENDACIONES DE MEDIDAS DE CORTO Y MEDIANO PLAZO
Contener el aumento en los salarios
Dentro de las medidas de corto plazo, el FMI incluye contener el incremento en los salarios del sector público y su dedo apunta al escalafón de salud. "La prioridad debe ser suspender el escalafón salud hasta revisar los parámetros de dicho escalafón", señala. También recomienda limitar los aumentos generales por debajo de la inflación, racionalizar las retribuciones diferentes al salario base "pues están proliferando, reducen la transparencia, y no están ligadas al desempeño", indica.
MESURAR LA CONTRATACIóN DE PLAZAS
El FMI señala que después del incremento del 25 % en la contratación de plazas públicas, reportado en los últimos cinco años, es apropiado limitar la apertura de nuevos puestos de trabajo, al menos hasta que se enfrenten los retos del escalafón de salud, indica. Una de las opciones que propone es congelar las plazas, a excepción de seguridad; o bien cerrar los puestos de aquellos que se retiren y establecer una edad de jubilación obligatoria en el sector público.
REFORZAR PROCESOS PRESUPUESTARIOS
Otra medida de corto plazo propuesta es restringir las transferencias entre las partidas presupuestales de gasto corriente a favor del rubro de remuneraciones. También recomienda limitar el uso de contratos para crear o reclasificar plazas en funciones permanentes, e incluso considera pertinente prohibir el traslado de funcionarios en Ley de Salarios a contratos para aumentar su remuneración, pues "esto solo se hace para evadir los controles presupuestales más estrictos".
Estrategia de manejo del personal
Hacia el mediano plazo, considera necesario un plan coordinado de mediano plazo entre salud, educación, justicia para que las demandas del gasto no estén divorciadas de las restrucciones fiscales, y sugiere que se diseñe un programa gradual de implementación. Este plan debe buscar el orden de puestos, establecer una carrera administrativa basada en la meritocracia, y desarrollar un modelo de evaluación de desempeño que estimule la profesionalización del sector público.
En 2014, el pago de remuneraciones en el sector educación y salud superó hasta 59 veces la inversión en esos mismos rubros, revela un informe elaborado el año pasado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), a petición del Ministerio de Hacienda.
En el reporte " Gasto en salarios gubernamentales: Análisis y desafíos", el FMI explica que realizó el estudio para "ayudar a las autoridades a contener el gasto público en salarios". Fruto de ello propone una serie de medidas que, de aplicarse, generarían ahorros de dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB). Diario El Mundo publicó los resultados del estudio a finales de mayo, pero fue hasta la semana anterior que Hacienda reconoció su autenticidad, al publicar el informe en su sitio web.
El Fondo concluye que el gasto corriente, y en especial las remuneraciones, absorben buena parte de los recursos públicos en El Salvador, limitando la inversión. Añade que el gasto en salarios alcanzó en 2014 el 9.3 % del PIB, es decir, US$2.350 millones. La cifra contrasta con la inversión pública que según Hacienda se ejecutó ese año: US$626,3 millones. La diferencia entre salarios - sin tomar en cuenta los pagados en especie- e inversión es igual de notoria en los ramos de educación y salud, los casos particulares que analizó el organismo, pues junto al ramo de seguridad absorben una tercera parte del gasto en remuneraciones. "Este rubro (salarios) aumentó cerca de dos puntos porcentuales del PIB entre 2008 y 2014 (…) por una expansión pronunciada en el número de plazas en todos los sectores (199.700 empleados públicos hasta 2014), combinado con aumentos discrecionales importantes en educación y la operación del generoso escalafón del sector salud", indica el FMI.
EDUCACIóN Y SALUD
Los salarios del sector educación le costaron a los contribuyentes US$591 millones en 2014, 59 veces más que la inversión en este rubro, que fue de US$10 millones, según los datos oficiales que cita el FMI. Al consultar el Presupuesto General de la Nación de 2014 y los presupuestos especiales de ese año, resulta que los salarios de educación fueron más onerosos que los US$117,3 millones asignados a programas como el Bono de Gratuidad de la Educación Media (US$21,4 millones), los paquetes escolares (US$73,5 millones), y el Programa de Alimentación y Salud Escolar (US$22,4 millones).
Mientras tanto, en salud, el gasto en salarios fue tres veces mayor que la inversión, la compra de medicina, e insumos médicos. En 2014 se pagaron US$385 millones a los empleados de este sector, frente a los US$45 millones que utilizaron para comprar medicinas, los US$30 millones destinados a insumos médicos y los US$39 millones que sedestinaron a la inversión.
Las remuneraciones representaron en 2014 el 67,5% del gasto público en educación, 11 puntos porcentuales más que en 2008. Los sueldos del personal de salud absorbieron el 65,2% del gasto total en ese rubro. El Fondo indicó que el Ministerio de Salud ha crecido en un 72% entre los años 2008 y 2014, pero por un crecimiento del 80 % en los recursos para pagar salarios, "y ha desplazado a los otros gastos, en particular a la inversión, que ha caído 9 %".
RECOMENDACIONES DE MEDIDAS DE CORTO Y MEDIANO PLAZO
Contener el aumento en los salarios
Dentro de las medidas de corto plazo, el FMI incluye contener el incremento en los salarios del sector público y su dedo apunta al escalafón de salud. "La prioridad debe ser suspender el escalafón salud hasta revisar los parámetros de dicho escalafón", señala. También recomienda limitar los aumentos generales por debajo de la inflación, racionalizar las retribuciones diferentes al salario base "pues están proliferando, reducen la transparencia, y no están ligadas al desempeño", indica.
MESURAR LA CONTRATACIóN DE PLAZAS
El FMI señala que después del incremento del 25 % en la contratación de plazas públicas, reportado en los últimos cinco años, es apropiado limitar la apertura de nuevos puestos de trabajo, al menos hasta que se enfrenten los retos del escalafón de salud, indica. Una de las opciones que propone es congelar las plazas, a excepción de seguridad; o bien cerrar los puestos de aquellos que se retiren y establecer una edad de jubilación obligatoria en el sector público.
REFORZAR PROCESOS PRESUPUESTARIOS
Otra medida de corto plazo propuesta es restringir las transferencias entre las partidas presupuestales de gasto corriente a favor del rubro de remuneraciones. También recomienda limitar el uso de contratos para crear o reclasificar plazas en funciones permanentes, e incluso considera pertinente prohibir el traslado de funcionarios en Ley de Salarios a contratos para aumentar su remuneración, pues "esto solo se hace para evadir los controles presupuestales más estrictos".
Estrategia de manejo del personal
Hacia el mediano plazo, considera necesario un plan coordinado de mediano plazo entre salud, educación, justicia para que las demandas del gasto no estén divorciadas de las restrucciones fiscales, y sugiere que se diseñe un programa gradual de implementación. Este plan debe buscar el orden de puestos, establecer una carrera administrativa basada en la meritocracia, y desarrollar un modelo de evaluación de desempeño que estimule la profesionalización del sector público.
