Centroamérica & Mundo

La clase media se redujo en Guatemala por la pandemia

La pandemia del coronavirus ha tenido impactos diversos en la población. Uno de estos es que, según un estudio del Banco Mundial (BM), disminuyó el número de personas en la clase media en Latinoamérica durante el 2020, incluyendo en Guatemala.

2021-07-12

Por Prensa Libre

El reporte denominado El lento ascenso y súbita caída de la clase media en América Latina y el Caribe, refiere que las proyecciones en el caso de Guatemala para el 2019, ese segmento socioeconómico representaba un 17.5% de la población y en el 2020 disminuyó a entre 15% y 17%.

Ese rango es proyectado tomando en cuenta las medidas de mitigación implementadas en el país durante el año pasado. El 15% representó 2 millones 545 mil 608 personas, es decir 360 mil 097 personas menos en la clase media respecto del 2019, según Indicadores de desarrollo mundial actualizados al 30 de junio del 2021, agregaron los consultores de la entidad.

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Según el BM, se no haberse aplicado medidas de mitigación el impacto hubiera sido más drástico, situándose la clase media en el rango de 14% y 16% de la población con 2.343.308 personas y 2.697.333, respectivamente.

Los detalles del país fueron brindados a Prensa Libre por los especialistas del BM como las coautoras del estudio Carolina Díaz-Bonilla, economista sénior, y Giselle Del Carmen, economista, así como por Alejandro De La Fuente, economista senior.

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Dicho estudio expone que en el 2018, "por primera vez en la historia de la región, millones de latinoamericanos alcanzaron el estatus de clase media, convirtiendo a este grupo socioeconómico como el más grande de la región".

Además, que la pobreza y la desigualdad de ingresos también disminuyeron considerablemente, aunque con diferencias entre los países. Sin embargo, se explica que debido a la drástica caída de la actividad económica provocada por la pandemia mundial de 2020 tuvo un impacto negativo en los niveles de vida y el bienestar en toda la Latinoamérica.

La pandemia empujó el año pasado a 4.7 millones de personas de la clase media a la vulnerabilidad o la pobreza en la región, posiblemente revirtiendo décadas de avances sociales, indicó la entidad, que explica que el impacto es más dramático si el efecto de un programa de transferencias sociales de carácter masivo y temporal en Brasil es excluido de las proyecciones.

El BM estimó que sin ese efecto brasileño, 12 millones de personas en la región perdieron su lugar en la clase media durante el 2020.

En tanto las proyecciones reflejan que la pobreza bajó a 43.3% en el 2019 pero aumentó entre a entre 44% y 49% en 2020.

Centroamérica

En el caso de la región centroamericana, el segmento de clase media había aumento desde el 21% que se registraba en el 2002 hasta 29.3% en el 2019. Sin embargo, como porcentaje de la clase media de Latinoamérica esta proporción ha disminuido de 9,1% en 2002 a 7,7% en 2019, principalmente porque la población es de las más pequeñas de la región.

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En Guatemala, según las últimas encuestas de hogares de Guatemala, la clase media se registró, en el año 2000, en 18,5% de la población del país, aunque subió en el 2006 a 20.5%, para el 2014 bajó a 14,5%. Para el 2019 había subido de nuevo pero el efecto del 2020 la hizo retroceder.

Estas son las razones de la disminución de personas en la clase media en Guatemala, según los consultores del Banco Mundial:

• Los canales de impacto de la crisis derivada de la pandemia son similares a otros países como la pérdida de ingresos laborales y la pérdida de poder adquisitivo por el aumento en precios de alimentos.
• Además, las medidas que el Gobierno usó (como la transferencia por el Bono Familia que se repartió a 2.8 millones de hogares) ayudó a mitigar el potencial aumento en la pobreza que se hubiera dado sin estas medidas y algunos de estos apoyos llegaron a la clase media.
• Expusieron que estos apoyos no se mantuvieron a lo largo de todo el año y los apoyos a la clase media no fueron tan extendidos.

Para frenar o revertir el efecto de la pandemia en la clase media y baja mencionan acciones necesarias que incluyen sistemas de salud, programas de protección social, transferencias de recursos.

Explican que dado que los sistemas de salud son esenciales para hacer frente a la crisis, se deben seguir destinando recursos para aumentar el acceso y mejorar la calidad de la atención médica asequible.

También consideran que se pueden reevaluar los programas de protección social para incorporar nuevos beneficiarios o ajustar su alcance en la población. Citan de ejemplo que muchos hogares pobres dependen de programas de alimentación escolar para sus hijos por lo que el cierre de las escuelas puede provocar una disminución en la alimentación de estos niños.

Respecto a las transferencias de ingresos temporales comentaron dos aristas, indicando que bien focalizadas brindan a los grupos vulnerables cierta seguridad de ingresos durante los períodos de cuarentena para prevenir la propagación del virus, pero que mantener las transferencias tiene un costo fiscal.

Efectos

El informe refiere que países como Guatemala, además de Honduras y Haití, tienen solo un médico por cada mil habitantes. Además, los gastos en salud que hacen los guatemaltecos provenientes de sus propios recursos oscilan entre el 54% del gasto total en salud en Guatemala.

Y los efectos para la clases media y baja se observan en que los altos gastos en salud afectan cómo los hogares priorizan sus recursos, respondieron los especialistas. Además con la pandemia muchos hogares no solo han perdido sus empleos e ingresos laborales, pero a la vez han enfrentado mayor gasto en salud.

El impacto en el acceso a atención médica durante la pandemia debido al efecto en la economía de estos grupos de población (clase media y baja) refieren que las encuestas telefónicas de alta frecuencia hechas por el BM muestran que en Guatemala y Honduras, aproximadamente 1 de cada 5 miembros del hogar (20%) no pudieron acceder a atención médica cuando la necesitaron en 2020, indicaron los expertos al citar datos del informe. En Costa Rica se situó en menos del 10%.

Agregaron que hogares con más recursos tienden a tener mayor acceso a servicios de salud en estos países, por lo que el impacto de la pandemia afecta desproporcionadamente a hogares pobres que no pueden destinar más recursos a la atención médica.
Informalidad

Más de la mitad (el 54.4%) de los trabajadores de Latinoamérica están en el sector informal, aunque existen variaciones significativas dentro de los países y grupos socioeconómicos, esta condición resulta en empleos de menor calidad y más vulnerables, según el BM.

En Guatemala y Honduras, alrededor de cuatro de cada cinco trabajadores están en el sector informal, mientras que en Uruguay, Chile y Costa Rica menos de un tercio son informales. Por segmentos, casi el 90% de los trabajadores de la clase baja que viven con menos de US$5,50 al día son informales mientras que en la clase media son más de un tercio (más del 33%).

En cuanto al trabajo independiente o autoempleo, uno de cada cinco trabajadores de clase media trabaja en esa condición mientras que en el segmento pobre es más del 30%. Los consultores explicaron que las altas tasas de informalidad y autoempleo están asociadas con trabajos más vulnerables y de menor calidad.

"Si bien la informalidad está más estrechamente vinculada a la pobreza, sigue siendo cierto que más de un tercio de los trabajadores de clase media son considerados informales".

Por ello los apoyos o políticas que involucran nóminas y seguro de desempleo, por ejemplo, que podrían usarse para mitigar estas crisis como el covid.19, no llegarían a este grupo.

Los hogares con estas condiciones aun podrían estar más sujetos a crisis, aunque por el momento sus ingresos son lo considerados lo suficientemente altos como para ser considerados de clase media.

Desigualdad

El estudio del BM refiere que el acceso a servicios básicos como agua y saneamiento está marcado por un alto nivel de desigualdad. A partir de 2019, casi el 38% de los hogares pobres no tenía un saneamiento adecuado en comparación con solo el 12% entre la clase media. La misma tendencia reportaba el acceso al agua.

"El acceso inadecuado a saneamiento mejorado sigue siendo un problema, especialmente en países de Centroamérica y el Caribe como Guatemala y Haití, donde más del 60% de los hogares pobres experimentan niveles de saneamiento deficientes", agrega el informe.

El Banco Mundial advierte que las situaciones de hacinamiento combinadas con un acceso inadecuado al agua y al saneamiento exacerban los riesgos de la epidemia.

El distanciamiento físico puede ser virtualmente imposible en lugares concurridos, aumentando el riesgo de enfermedades, especialmente en áreas urbanas donde el costo de vida tiende a ser más alto y varios miembros de la familia se ven obligados a compartir una sola habitación, agrega.

También puede representar una amenaza para la salud mental de los miembros del hogar durante los encierros, lo que aumenta la probabilidad de conflictos dentro del hogar.

En El Salvador, Guatemala y Nicaragua, el hacinamiento afecta a más de la mitad de los hogares pobres en los centros urbanos. Chile y México reflejan una mejor situación, se refirió en el documento.

En cifras

• La clase media se cataloga a quienes tienen ingreso per cápita de entre US$13 y US$70 al día.
• Los vulnerables están en el rango de ingreso per cápita de entre US$5,50 y US$13 al día.
• Y, pobres, con ingreso per cápita por debajo de la línea de pobreza de US$5,50 al día.

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