Hotel Casa Santo Domingo es uno de los lugares emblemáticos de Antigua Guatemala, concebido como Hotel Museo, que guarda una riqueza arqueológica incomparable además de una innumerable cantidad de obras de artistas guatemaltecos cada rincón está cuidadosamente preservado y transporta a quienes lo visitan a otra época.
Cada paso desde la entrada y durante todo el recorrido es un pequeño trozo de arte concebido por Jorge Castañeda su creador y padre de Diego Castañeda, actual gerente del hotel desde 1996. Es padre de Diego Castañeda, actual gerente del establecimiento desde 1996. Es Jorge quien desde su creación en 1988, hasta la fecha, se encarga de cuidarlos detalles de cada rincón del hotel, cada día hace un recorrido por el lugar fijándose minuciosamente en todos los detalles.
Fue en 1988 cuando se empezó a transformar el edificio que durante la época colonial fuera Convento de los Dominicos, quienes lo abandonaron tras el terremoto de 1973 tras los daños sufridos por el edificio.
Jorge Castañeda empezó a hacer realidad la transformación de varias propiedades en las que se había dividido el antiguo convento. Según Diego Castañeda, "mi papá, que fue el fundador, tenía la idea inicial de ver qué hacíamos, porque era interesante un lugar con ruinas, que tenía mucho potencial.
La idea se fue moldeando conforme empezó el trabajo arqueológico, todo tomó forma con los vestigios que iban saliendo de los escombros".
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Durante la recuperación se hicieron más de 40 pozos arqueológicos, de donde empezó a salir cerámica que utilizaban los frailes. En ese momento el fundador empieza a darse cuenta de lo que eso significaba y ahí surge la idea de hacer un hotel.
El actual gerente, Diego Castañeda, destaca que ya entró la tercera generación a la Junta Directiva (Diego es la segunda) "y hemos terminado de integrar más de 22 propiedades distintas para hacer lo que hoy es Casa Santo Domingo. Esta propiedad en algún momento fue donada y luego subastada, y pasó a manos privadas hace muchísimos años.
El espacio del hotel integra diferentes compras que fuimos haciendo desde 1988, un trabajo arduo de un gran equipo interdisciplinario. Mi papá como visionario y todas las personas que se fueron adicionando al proyecto, haciendo uno de los rescates más importantes de la Antigua Guatemala", explica.
La familia buscaba hacer algo totalmente diferente, por lo que pensaron en un hotel museo, "porque queríamos que fuera una parada obligatoria para el turismo nacional e internacional".
Los Castañeda han demostrado que se puede hacer un proyecto respetando sus vestigios y a la naturaleza, en la medida de lo posible, "y girando alrededor de lo que se iba encontrando".
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Para Diego Castañeda, el arte formó parte de su vida desde niño. Fue su padre quien lo metió en sus venas desde muy pequeño: "El arte para nosotros, como segunda generación, lo vivimos desde muy pequeños. Mi papá empezó a ser coleccionista desde muy joven, es algo con lo que no necesariamente se nace, pero hoy es un tema que nos sigue apasionando, y somos coleccionistas importantes para mostrar a Guatemala lo que se puede hacer (conservando y restaurando) durante muchísimos años; y cómo queremos posicionarnos al ser un Hotel Museo. Todo el arte que hemos ido coleccionado en estos años es lo que exhibimos en las habitaciones y en todas las áreas públicas".
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Más que un hotel, Casa Santo Domingo se ha convertido en un espacio en el que convive el arte tanto para grandes artistas guatemaltecos (como el maestro Efraín Recinos y Elmar Rojas), como las propuestas de nuevos artistas.
"Nuestra colección continúa agrandándose. Le damos una relevancia de primer orden a este tema para que los turistas puedan vivir una experiencia diferente, en Guatemala hay grandes artistas y lo que queremos es exponerlos y que todos tengan la oportunidad de vivir del arte".
El paseo de los museos en Casa Santo Domingo es una ruta cultural creada por el Hotel Casa Santo Domingo y la Universidad de San Carlos de Guatemala que consiste en visitar diferentes museos llenos de historia.
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Se pueden visitar criptas subterráneas. el Museo Colonial, Museo Arqueológico, Museo de Arte Pre Colombino, Sala del Artista y Marco Augusto Quiroa, Museo de Plata y Museo de la Farmacia; en ellos se pueden observar obras producidas desde el siglo XVI, hasta obras contemporáneas en un recorrido único.
Pero el legado no termina ahí. Para la familia Castañeda la necesidad de continuar creciendo los llevó a crear Santo Domingo del Cerro, un espacio donde se funde el arte con la naturaleza.
"Teníamos la necesidad de continuar creciendo para seguir dándole la experiencia a nuestros huéspedes. Teníamos diferentes segmentos de mercado como el corporativo, social y diversión; pero queríamos brindarle a la gente la oportunidad de tener otro tipo de experiencia. Y qué mejor que hacerlo dentro de nuestros mismos estándares de calidad, es por eso que proyectamos el agrandar nuestros museos y ampliar nuestro concepto en cuanto al manejo del Medio Ambiente y la integración arquitectónica tanto en el Cerro, como en el hotel", cuenta el gerente.
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Lo que inspiró a Jorge Castañeda en la creación de Santo Domingo del Cerro fueron sus vivencias en el "Cerrito del Carmen", ubicado en la ciudad capital, un espacio que funde la naturaleza con la arquitectura colonial de la ciudad, en donde durante décadas se han reunido artistas principalmente pintores.
"Mi papá tuvo muchas vivencia en el Cerrito del Carmen y él siempre nos cuenta que cuando visualizó el Cerro, lo veía como un Cerrito del Carmen con todas las expresiones artísticas de todas las personas que hemos ido escogiendo".
Santo Domingo del Cerro cuenta con exposiciones itinerantes todo el año, y tiene una agenda cultural que cada día toma más auge. Los Castañeda lograron transformar este lugar en otro referente tanto para el turismo nacional, como internacional.
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En Santo Domingo del Cerro la naturaleza y el arte son los principales protagonistas, ofrece vistas impresionantes de la Antigua y una arquitectura que se fusiona con la naturaleza en un recorrido en donde sus tres museos, salas de exposiciones y obras al aire libre del maestro Efraín Recinos y otros artistas se mezclan con el paisaje.
El arte toma vida en un espacio natural en donde hay restaurantes y una alternativa diferente para hospedarse con todas las comodidades de un hotel de lujo, dentro de una casa rodante.
