"Centroamérica es donde quiero estar, que tiene la historias que quiero contar y donde quiero que mi lucha tenga lugar. Mi lucha por igualdad de género, los derechos humanos, por recuperar la memoria histórica. Es mi hogar y así se debe ver como región. Soy centroamericana más que salvadoreña y nicaragüense".
De esta región, lo que más le inspira es su gente: "Me inspira la resiliencia de los centroamericanos, la capacidad de irse de sus problemas y encontrarles solución. Hablo de la gente en general, no de sus políticos. Hablo del centroamericano de a pie".
Lea más: Marcela Zamora, la voz de denuncia que busca cambios
Cada documental que ha realizado le ha marcado de alguna manera, "me ha abierto puertas"; pero, sobre todo, haber sido madre "me ha marcado muchísimo, me ha abierto un espectro de sensaciones, sentimientos, razonamientos".
Cree que a Centroamérica le faltan muchas cosas. "No te pudiera decir una. Nos falta sanar.
A Centroamérica le falta sanar sus heridas. De ahí viene mucha violencia que vivimos, heridas de la guerra, de la postguerra, heridas que nos hacemos constantemente".
Para mejorar esta tierra piensa en la generación de su hija: "Lucho por más gente, pero quisiera que mis documentales le dejaran a mi hija una sociedad menos excluyente, menos violenta contra las mujeres, más equitativa en temas de género".
