En 2015 inició una asociación con mujeres agricultoras de Honduras para comprarles el cacao y producir ella misma su propio chocolate. Visita a diario su fábrica y siempre se las ingenia para desarrollar nuevas recetas, empaque, investigación de mercado y ajustar la visión de la marca.
Pese al gran éxito que ha tenido en Nueva York con los chocolates, sus inicios en la gran ciudad fueron en el campo del diseño de modas, no se sintió feliz en esa área y estudió para chef. Luego, en 1995 montó una empresa de comidas y eventos, Maribel’s Gourmet Cuisine, con la cual sirvió en elegantes cenas para organismos internacionales y personalidades políticas y diplomáticas de Estados Unidos, así como para marcas mundiales de alta costura.
Introduciendo sabores exóticos en su servicio de comidas y cómo mercadear más su negocio, encontró su pasión por el chocolate. Agregó unos empaques de lujo y la firma empezó a crecer como la espuma. Su secreto para el éxito en un mercado tan competitivo como el de Nueva York ha sido "no tener miedo a nada, tener confianza y no negarse a las oportunidades que llegan y posiblemente nunca retornarán".
Ha sido nombrada por INC Magazine como una de las empresarias de más rápido crecimiento en EE.UU. en 2012; recibió elogios de US Media Icon Oprah Winfrey y fue elegida para participar en el Congreso Mundial como representante de "Empoderamiento de las latinas". En 2012 tocó la campana de la Bolsa de Nueva York.
